¿Te puedo leer un libro?

Por Luis Ricardo

La Academia Mexicana de Literatura Infantil y Juvenil, presidida la doctora Susana Báez, inauguró el centro de documentación de literatura infantil y juvenil con sede en las instalaciones del Centro Freinet Prometeo de Puebla el pasado 13 de febrero, con la participación de los escritores Elena Dresser, Juan Sebastián Gatti y el vicepresidente de la asociación, el doctor Arnulfo Uriel De Santiago. El Centro de documentación es una de las primeras iniciativas de la joven Academia Mexicana de Literatura Infantil y Juvenil, vinculada oficialmente con la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil. En él se conservan docenas de volúmenes dedicados a la investigación de la lectura para niños y jóvenes, en ediciones nacionales e internacionales.

Centro Freinet Prometeo
Juan Sebastián Gatti presenta el Centro de Documentación en Literatura Infantil y Juvenil.

La academia tiene la intención de promover el gusto por la lectura entre niños y jóvenes, facilitar el trabajo de investigación sobre el tema y vincularse con promotores de lectura, centros de investigación, maestras y maestros en todo el país.

Un miniboom


A decir de Juan Sebastián Gatti, la literatura infantil en México vive un boom que debe reflejarse también en un trabajo académico que lo acompañe. El escritor, también docente de literatura entrevistado en el marco de la Feria de la Lectura FILEC, considera excepcional la conjugación de académicos y escritores, como sucede en esta Academia Mexicana de Literatura Infantil y Juvenil, porque todos están en el mismo barco, buscan fomentar la lectura entre entre los chicos y chicas de México.

En la mesa sobre literatura infantil y juvenil de la FILEC, el doctor Arnulfo Uriel De Santiago compartió su experiencia de documentación histórica de la literatura infantil: “Cuando se enteraban de mi objeto de estudio, la gente me presentaba libros de texto gratuitos de la SEP como si nunca hubieran sido abiertos, en perfecto estado, no sé hasta que punto eso sea bueno, pero en fin, ahí están las fuentes de información”. El investigador compartió su experiencia de rastreo de su propia historia como lector, en la biblioteca de la familia, o “recordando los cuentos que nos leyeron de niños y las canciones infantiles”. Para él, la historia de la literatura infantil y juvenil está entre nosotros, lista para ser descubierta y difundida.

La doctora Susana Báez habló sobre el trabajo que realiza en Ciudad Juárez, en un contexto de extrema violencia. En la ciudad fronteriza, la lectura no parece estar entre las prioridades de la autoridad, ni de una buena parte de la sociedad. “En una ocasión dos alumnas mías se acercaron a mí porque trabajaban en un albergue de niñas, me pidieron algunos libros. Les presté ‘Manuela color canela’ de Elena Dresser, que está siempre entre mis libros de trabajo”. La académica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez se ha involucrado desde entonces en proyectos de lectura ubicados en el centro de la ciudad. Su estrategia comenzó con un acercamiento directo a las personas para proponerles ‘¿te puedo leer un libro?’.

Academia mexicana de literatura infantil y juvenil, Puebla
Libros en el Centro Documental de Literatura Infantil y Juvenil.


El trabajo de la doctora Báez en la biblioteca comunitaria ha representado un verdadero espacio de seguridad y cercanía para las personas. Es por eso que la Academia Mexicana de Literatura Infantil y Juvenil lamenta el cierre del espacio que albergaba al Consejo Puebla de Lectura, puesto que como entusiastas de la literatura, han conocido los maravillosos cambios en la vida de niños y jóvenes a quienes las bibliotecas comunitarias les ha devuelto el derecho de soñar, de ampliar el lenguaje y conocer distintar realidades a través de la lectura.

La Academia Mexicana de Literatura Infantil y Juvenil pone a disposición de los interesados el Centro de Documentación de Literatura Infantil y Juvenil mediante una cita telefónica en el Centro Freinet Prometeo.